El siguiente texto constituye un manifiesto a cerca de las lecciones aprendidas en mi estancia en la República Popular de China entre los años 1983 y 1990. En China estudié en el Instituto de Bellas Artes de Beijing, pintura tradicional China. En tanto que extranjero venir a China a estudiar artes desde Sudamérica lo primero que se presume es que existe una lejanía cultural enorme por decir lo menos. Tal vez no sea tan correcta esta presunción. En tanto que ciudadanos del mundo tenemos a veces mas cercanías de las que podríamos suponer. Es claro para mi, que también hay espacio para las enormes diferencias … que las hay … pero hay que decir que las similitudes también existen. Las preguntas fundamentales sobre nuestra existencia, se han hecho y se siguen formulando en todos los rincones y culturas. Eso hace parte de las similitudes. Es evidente que las respuestas no han sido exactamente las mismas y depende mucho de en que nicho cultural nos ubicamos … pero … mas fundamental se vuelve la pregunta … mas cercana y universal es la respuesta.
Lo siguiente será un compendio de lo que actualmente pienso que es y que fue primordial en la comprensión de ese mundo Oriental en todos sus ámbitos. Hay que comprender que la época en la que estuve allí el mundo era muy diferente al mundo de hoy en cualquiera de sus aspectos que se quiera ver. Hay que tener un poco de sensibilidad de escala con respecto al tiempo cultural que se vivía en esos años. Esto es importante para ponernos en contexto. Todos sabemos como ha cambiado el universo cultural de la sociedad de los Homo Sapiens desde entonces. Por tanto tocare los conceptos mas que las anécdotas. Formulare de manera universal mi comprensión de estos conceptos en tanto que hoy son míos y no de un país, región o istmo en particular. Y digo son míos en tanto que están formulados por mi interior y mi experiencia. El concepto que considero mas importante en la cosmogonía de aquel mundo toca lo que podemos llamar el silencio y el vacío en la formulación de su mapa cultural … tanto filosófico como artístico y me referiré a el como el silencio en la pintura china.
Es posible que la expresión de los imaginarios individuales y colectivos que tejían la telaraña de la realidad de aquella época no fuese en nada similares a la manera como lo aborde y lo percibí. Aun así esto fue lo que vi … y fue así como lo entendí y lo viví. Cada quien ve lo que puede y lo que quiere si es que logra verlo.
Esta es la decodificación que hice de su mapa y su territorio y su formulación es así.
El silencio en la pintura China
La pintura China es en mi formación académica una base muy importante y junto a otros conceptos sostiene el andamiaje personal, intelectual y artístico de mi trabajo actual.
Entrando en materia podríamos adelantar que … conceptos de vacío y silencio son muy cercanos dependiendo de en qué nivel de lectura queremos conceptualizar.
En el ámbito de la cultura China antigua … antes del siglo XIX para ser más exactos … y en la cosmogonía y espacio que da lugar a las expresiones filosóficas y artísticas que se dieron en esas épocas un poco ya lejanas de su historia y para el caso que nos ocupa el de la pintura tradicional China … estos dos conceptos son fundamentales.
Animan y son el núcleo de este sutil y profundo imaginario. Son un inmenso legado y aporte a la historia de las ideas de la humanidad entera ya no solo Oriental si no también Occidental.
El imaginario humano se ha alimentado a lo largo y ancho de su desarrollo de muchos frutos y hoy es el resultado de todas estas cosechas. Caminamos sobre los hombros de muchas generaciones de ideas, conceptos y civilizaciones cada una de ellas con aportes que apuntalan el pensamiento actual.
Decir hoy que … la realidad solo existe cuando la medimos … o lo que es lo mismo … solo existe cuando la imaginamos … o cuando la nombramos … o cuando la pintamos … nos estamos poniendo en el mismo lugar del misticismo Oriental de aquellos tiempos. El taoísmo es una creación muy paralela. Su esencia es el vacío y la aceptación. No se puede nombrar … porque ese inconmensurable … ya no es, así como lo intenta ser la montaña detrás de la neblina en su interminable camino de cambio. El universo de una tasa de te habitado por el vacío y solo cuando la llenamos entonces es cuando la medimos … al igual que un paisaje de montaña y agua ejecutado sobre papel de arroz … donde la mayor parte del espacio es ocupado por el vacío … el silencio … Aquella inatrapable neblina … se deshace en nuestras manos … imposible pintarla … la vemos pero no es. La medimos pero ya nunca mas tendrá la misma forma … escapa … y ya nada será lo mismo … escapa a todo. El vislumbre de montaña que apenas se insinúa será el único koan que podremos describir … traducir … invocar … medir … pintar … relatar … argumentar … Y considerar esto como real … y entonces creer que lo hemos entendido. Pero a un así solo fue un instante congelado por la pintura, por la medición … vana idea de creer que lo hemos atrapado. La realidad huye como la neblina …
La montaña habita el vacío como el te habita el vacío de la tetera … y atrapar … esa su manifestación … es lo esencial … vivir aquel silencio … sentir aquel vacío lleno de todo … ser observando aquello … dejando de urdir la tela de la realidad … dejar mi realidad para ser el silencio en aquel vacío donde todo es y nada es … nadar en la nada para ser todo … Luego vendrá el regreso a mi y es entonces el momento del toque sutil y austero de la traducción … hecha respuesta … hecha pintura. Es la adivinación de lo posible. Vivirlo es una cosa y entenderlo es otra. Lo entendemos justo al salir de aquel vacío … de aquel silencio … de aquella fugaz contemplación. Acá comienza la construcción de la respuesta … Nuestra elaboración imaginaria en modo simulación anticipativa … acá comienza la pintura … la montaña y el agua … un mapa con membrecía de realidad … es nuestro mapa … La guía para navegar en un territorio cambiante y topológico … es la montaña en la que cabalgamos. Allí era el vacío … el silencio … del cual extraemos el koan y los hilos con los cuales urdimos la tela de nuestra imaginaria realidad. El arte se instala como una lectura decodificada del vacío y el silencio donde todo … todo … es al mismo tiempo … es mucho … es demasiado para nombrarlo, ese inabarcable … solo atinamos a mencionarlo en forma de koan, en forma de montaña, en forma de relato ficticio para poderlo comprender. Lo demás no lo vemos porque es todo al mismo tiempo. Así la realidad … solo existe cuando la imaginamos … cuando la medimos … cuando la nombramos … cuando la pintamos. La realidad es silencio en estado de evaporación … en forma de imaginario. El arte es pues una medición imaginaria del vacío. A eso le llamamos realidad. Y es eso lo que pintamos y en lo que creemos.
El mapa Chino de tiempos ancianos ya nos indicaba la importancia del silencio y el vacío. Un largo camino para llegar a una imaginaria cima y decir no hay nada que decir. No lo podemos nombrar. No porque sea falta respeto o lo sagrado de su halo nos lo impida … No … Simplemente porque no hay historias ni relatos que contar … porque lo que allí hay es inargumentable. … como contar todo al mismo tiempo ? … De nuestros días diríamos … la suma de todos los caminos … como argumentarla ? … tal vez con una ecuacion toroidal matemática … 1 + 1 = 1 Donde 1 cambia todo el tiempo.
El anécdota acá no tiene espacio, está atrás en el camino … Más cerca del silencio estamos, … más depurada y austera es su factura … Mantente cerca … Pero sin llegar … Allí se instala la pintura china de la montaña y el agua … descodificando en un lenguaje lo más cercano posible a aquella vibración de la cuasi nada … En este espacio se ha depurado la anécdota y hay espacio únicamente para lo esencial… lo superfluo ya no se ve, no se siente, no existe … Era mera pretensión y ruido … El silencio se instala cerca de la cima … en el borde del inconmensurable abismo … sin hacer ruido … aún así … la única alternativa para nosotros es cantar ese silencio … con un grito quizás … argumentar la historia … pintar la montaña … tal vez hacer que exista a nuestra manera. En la cima … en el borde … ya no hay argumentos … no hay historias … no hay relatos … no hay argumentables. Allí todo es todo y nada al mismo tiempo … el espacio se contrae … todo ocurre al mismo tiempo en el mismo lugar … lo esencial lo podemos transcribir en un koan o en una pintura … donde lo que ocurre como realidad argumentable es una montaña y agua en un sutil diálogo … el yin yang de lo efímero.
Entonces estamos como mineros extrayendo lo posible de aquel vacío … de este silencio … para interpretarlo luego como sinfonía. La neblina que configura su camino de cambio en un espacio lleno de misterio. Nuestra terquedad de querer arrancarle a este abismo una pizca de realidad … de montaña … y poder gritarla … relatarla … pintarla … como si fuese verdad revelada o en el mejor de los casos … asumirla como nuestra realidad. Hazaña está que significa dotar de realidad la efímera insubstancialidad del vacío y el silencio.
En ultimas la realidad existe solo a nuestra escala y solo si la imaginamos.
Crear la realidad de la nada … vaya proeza! … y además creérnoslo! … y luego vivir y morir por ello!.